"Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia. Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso. Una palabra ha proferido el Señor en Jacob, y ha caído en Israel."
La promesa de "un mesías", significaba mucho para Israel en el siglo I. Era un pueblo que no solamente estaba bajo dominio de una potencia extranjera (Roma), sino que era afligido por sus propios gobernantes y guías religiosos. La moral religiosa estaba terriblemente devastada (hubo una usurpación del sacerdocio) y la mayoría de los doctores y maestros de la ley estaban formados por élites aristocráticas que repiten una y otra vez deberes y cargas para el pueblo, con las que ni ellos mismos podían. En este panorama aparece Jesus, una especie de maestro o líder que a través de su particular forma de enseñar, hablar y de hacer milagros daba una esperanza al pueblo Judío. Se revivía la "expectativa mesiánica" en la que el pueblo ansiosamente creía.
Israel buscaba desesperadamente en Jesus, un rey David del siglo I, un caudillo, un salvador. Un hombre que expulsara a los romanos y restaurara la moral religiosa y política de su nación. Sin embargo, esto no era lo que Jesus predicaba. Por el contrario, su mensaje era de paz y estaba centrado específicamente en el reino de Dios, como lo relata Marcos 1:15
"El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios esta cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva"
La intensión de Jesus no era convertirse en un guía militar. El pretendía despertar la conciencia de Israel para liberarlos de sí mismos y acercarlos a Dios. En ninguna manera Jesus tuvo intensión de crear conflicto armado con fines políticos. Era un hombre mucho mas avanzado que sus contemporáneos, por lo que no era entendido por casi nadie el verdadero valor de su mensaje. Ni los doctores y maestros de la ley, ni el pueblo, ni aun sus propios discípulos comprendían que Jesus no prometía un reinado terrenal sino uno celestial.
En la actualidad, millones de personas en el mundo (especialmente en occidente), siguen las doctrinas del cristianismo. Asisten a las iglesias, repiten los sermones y se dejan guiar por lideres espirituales (pastores, guías, sacerdotes, etc) ¿Acaso hoy día la humanidad sí entiende el mensaje de Jesus? ¿Le sigue por tradición o por convicción como él esperaba? Occidente se ha dado una identidad a través del cristianismo, sus pilares fundamentales como cultura tienen raíces muy profundas en la creencia en Dios, pero ¿realmente le conoce? Si bien es cierto, que no hay acceso al Jesus real, podemos reconstruir al Jesus Histórico a través de la ciencia, pero ¿realmente conocemos al Jesus de la fe?
No pretendo definir un único Jesus de la fe, basado en mi propia creencia al formular preguntas retoricas, sino espero que reflexionemos y pensemos si hoy día realmente entendemos el mensaje de Jesus, mas allá de la ciencia o la religión.
Muy pocos, aun en nuestros días tienen la convicción que tenia Pedro al afirmar: "Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mateo 16:16). Al referirse a Jesus.
Queda claro, lo que Israel esperaba de Jesus: un mesías fuerte y libertador del yugo del opresor. Ahora bien, ¿Espera occidente algo de Jesus? o ¿Solamente le conoce porque el cristianismo (religión que se basa en el reconocimiento de Jesus como su fundador y figura central) esta arraigado a su cultura? Al parecer todavía muchos no han comprendido el verdadero mensaje de Cristo, por mas que se escribe y repiten historias acerca de él, para muchos, Jesus está lejos de ellos y el entenderle o por lo menos su mensaje, aun mas.
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